1- De audiencia a usuarios: la imagen del telespectador pasivo frente a la pantalla se desplaza hacia el usuario activo, que navega en una red hipersexual y produce contenidos.
2- De medios a contenidos: los medios se definen ahora a partir del reconocimiento de su autoridad en materia de contenidos y no desde sus condiciones técnicas de producción.
3- De monomedia a multimedia: diferentes formatos y lenguajes hasta ahora autónomos, ahora confluyen en un mismo soporte.
4- De periodicidad a tiempo real: los medios tradicionales estaban anclados a ritmos y restricciones temporales, mientras los medios digitales deben actualizarse en tiempo real. Esto da lugar a nuevas formas de escritura y lectura.
5- De escasez a abundancia: el incremento de la información a disposición de los usuarios hace difícil su gestión, generando situaciones de infocontaminación.
6- De intermediación a desintermediación: al descentralizarse la comunicación, las figuras intermedias estudiadas por los teóricos que gestionaban los flujos informativos tienden a desaparecer.
7- De distribución a acceso: del modelo punto-multipunto se pasa al paradigma de la red, que permite este acceso o el intercambio entre usuarios.
8- De unidireccionalidad e interactividad: el usuario puede elegir entre diferentes contenidos, manipularlos, reproducirlos, retransmitirlos y regular a su tiempo el consumo.
9- De lineal a hipertexto: de la linealidad temporal del texto tradicional se pasa a la no linealidad espacial de las redes textuales.
10- De información a conocimiento: en el ecosistema de la comunicación digital aparecen nuevas formas colectivas de generación de saberes. La tecnología favorece este proceso, el resto lo pone la inteligencia y la creatividad de los usuarios.
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